Hace un rato me pasó una de las peores experiencias que puede sufrir un feliz poseedor de un Nokia N95, se cayó al piso!.
Resulta que como un pánfilo boludum que soy, puse a cargar el teléfono arriba de la mesa (por si me llaman) unos 30 minutos después escuché un «plaf!», creo que la vida de mi celular pasó frente a mis ojos en 1 segundo, luego pensé en la garantía, (que no se note el golpe) y bue… batería por un lado, tapita por otro, restos mortales por allá, me puse a acomodar las 3 cosas. Uff, que sufrimiento, menos mal que este teléfono heredó la fama del irrompible Nokia 1100, ya que no se hizo absolutamente nada! ni una marquita. Menos mal!, de otra forma creo que mañana salía en los policiales XD.
Una imágen un poco menos desafortunada.
La foto es de mi N95, el que tengo en la mano es el N95 8GB. Que dura es la vida!